El tema de las lavadoras tiene narices. Ahí están ellas tiradas, sirviéndote de referencia para localizar el inicio de la vía.
Ferran pasó por aquí varios días de experiencia mística y fresquita, huyendo de las tórridas temperaturas y ofreciéndonos una buena alternativa más difícil a la clásica Nuria.
El resultado fue un itinerario continuo, salpicado de panzas difíciles (imposibles para mi, que es el peor estilo que se me da –el concentradito-) y con un ambiente sin igual. Pero claro no todo van a ser flores y violas, está el tema de la roca. ¿Es mala? No, ¿es buena? Tampoco. Dejémoslo en aceptable. En realidad se rompe poca cosa (saneada de antemano por la mano del Ferran), pero no te transmite ningún buen rollo, parece que tenga que saltar todo, pero no. Luego está el tema de las chapas, menos mal que están todas ellas. Aún así, un alien rojo o dos lo colocas por ahí a discreción en algún agujerillo para respirar más tranqui en los tramos fáciles. Respecto a la roca, y esto no se si debería decirlo, se limpiará más con las repeticiones y dentro de cinco años, la disfrutaremos más que en las primera repeticiones. Como será la clásica más difícil de la pared, VVB, con Héctor.
La foto de la pared es cortesía de Ferran.
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