Cuando me llegó la reseña de esta vía, estaba claro que había que hacerla. Aunque sólo fuese por la originalidad de pasar por el agujero del moro. En este ya había estado antes, caminando desde atrás.
La verdad es que no nos acabó de convencer, sobre todo la primera parte: roca musgosa, algo sucia. Menos mal que se ve compensado con la presencia de tornillos. Luego la cosa mejora, buen ambiente. El tema de la graduación es un poco a gusto del consumidor, pero si queréis ir en libre, nosotros encontramos casi todo un grado más respecto a lo que marcaba, el L5 6c+ como el original y sobre todo nos sorprendió especialmente el último paso de 6a+. Este no conseguimos hacerlo en libre, tras unos cuantos intentos, ninguno de los dos. Va como va. Ideal para combinar con cualquier itinerario del Santo Cristo, puesto que pasas por el inicio cuando bajas. Con Jorge.
Ese mismo día partimos para Oncins, dónde celebraremos el cumpleaños de Jean-Michel.
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