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Dormimos bajo la
Rueba, las previsiones son malas pero por probar…
Tenemos ideas de
hacer Make, al menos hasta el techo no te mojas y luego parece que desploma, no
se.
Nos levantamos,
desayunamos y vemos una gran cortina de agua que viene hacia nosotros.
Vaya, pocas
ganas de mojarnos, así que lo dejamos estar.
Edu vuelve a Cornudella
y yo me quedaré pasando el día como pueda. Encuentro a Toño y me invita a
comer.
Al día siguiente
he quedado con Luis a las tres de la tarde.
A Toño le va
bien hacer algo por la mañana, así que perfecto. Iremos a Rueba, estos días
toca sobredosis de chapas, de vez en cuando ya está bien.
Se une Xose,
buen trío.
Llegamos a la pared
y flipamos con la cantidad de gente que hay, además es entre semana. Dejamos el
coche antes del río porque intuimos que los aparcamientos están llenos. Igual
había 50 personas.
30 militares,
franceses, catalanes, aragoneses…
Nuestro objetivo
es la reciente Bruno Gaspar. Como hay tantos puntos de colores no sabemos bien
bien si hay alguien en la vía o no. Pero la comenzamos. Al final si que hay
alguien atascado en el largo difícil y paramos en la reunión anterior un buen
rato echándonos unas fotos y unas risas. Bien, sin estreses.
La vía es
bonita, como todas las de los lados, tiene un largo en muro vertical continuo y
técnico, claramente más difícil que el resto.
Empalmamos todo
lo empalmable y subimos en 4 largos + la travesía andando. Descenso en rapel por
la misma vía y en un periquete estamos de nuevo al inicio.