Dos días de lluvia nos mantienen en puerto, pero aprovecho para ir haciendo contactos por la zona, de cara a un futuro proyecto de trabajo.
Como cada día los partes son dispares pero nos preparamos todo para ir a una vía del Puigcampana. El día amanece muy tapado y el Campana totalmente cubierto por una espesa capa de nubes, no invita en absoluto. La zona de Calpe, por el contrario, está bastante despejada.
Para asegurarnos el tanto nos encaminamos hacia allí, en dirección a Toix Oeste. Vías fáciles, junto al coche y de rápido abandono. Buena alternativa para un día inseguro como hoy. Además es el último y tampoco conviene acabar muy tarde que tenemos por delante un largo viaje de vuelta.
Ya escalé ahí con anterioridad y no terminó de gustarme, por diversos motivos, hoy le daré una segunda oportunidad.
Tras estudiar concienzudamente las guías que llevamos, elegimos un par de opciones paraleles.
Empezaremos por el Espolón Limaban.
La vía comienza en el extremo izquierdo de un conjunto de vías deportivas y muy solicitadas, a juzgar por el desgaste de la roca. Su principal característica es la magnífica bavaresa del segundo largo. A partir de aquí un largo fácil y unión con el resto de itinerarios que va a parar a la arista. Como ya lo tenía hecho de la vez anterior, rapelamos desde este punto.
Una vía preciosa, especialmente en su segundo largo.
Totalmente equipada con parabolts, por la pinta deben ser de la época en que se equipó también la GEDE y la Llobet-Bertomeu del Mascarat. Inicialmente no había chapas.
La verdad es que es una vía que se protege Mas que perfectamente con fisureros y friends, sin exposición alguna, puesto que pones tanto material como quieras y todo queda bien.
Es una verdadera pena su equipamiento actual, bueno ya tiene unos años, porque destroza un itinerario realmente bello y fácil de asegurar. A parte de afearlo y atentar contra su historia, las chapas hacen que se repita con mucha asiduidad (recomendado en las guías del lugar) y el proceso de deterioro de la piedra se acelera sustancialmente. Ya comienza a ser una buena pista de patinaje.
Cuando el tacto original de la vía desaparece, es como si muriera su esencia, ya no es lo que era ni nunca lo será.
Si no se hubieran colocado esas chapas, disfrutaríamos casi eternamente de una roca de calidad perfecta y de una línea única en toda la pared. Ahora es una mas, apta para el consumo masivo de usar y tirar. Una pena.