Cuando fuimos para Marialles tenía el temor de pringar al cruzar el río. Prácticamente en todas las aproximaciones haces lo mismo: bajar al río, cruzarlo y volver a subir hasta el inicio de la vía. Estábamos al principio del invierno y, aquí no sabía, pero en el Pirineo Central había una cantidad de nieve exagerada y los ríos bajaban tan cañón como para no pasar. Veanse si no las inundaciones y destrozos causados en la vertiente norte sobre todo. Total que llegamos allí, apenas había nieve en lo alto de las montañas y el río se limitaba a un chorro de lo más normal. En el peor de los casos te mojabas sólo hasta la rodilla. Otra cosa bien distinta era la temperatura. Copón divino que cosa más fría. Yo, que soy muy afectado para estas cosas, pasaba emitiendo tremendos aullidos de dolor en los pies. Estos no cesaban hasta bien pasado un rato de haber alcanzado la otra orilla y únicamente cuando mis pobrecitos piececitos alcanzaban de nuevo su temperatura habitual. A la vuelta, repetición de la jugada.
Al igual que la Tchuk-Tchuk, esta nunca dirías que es guapa viendo la pared de lejos. Ni siquiera cuando estás en ella, entre grandes repisas y bosquecillos, pero la verdad es que los largos son realmente buenos. Tras hacer la Tchuk a modo de calentamiento, rematamos esta larga jornada con la presente.
En la guía le ponía el simbolito de expuesta, ay ay ay. Aunque un señor que la hizo días antes nos comentó que no lo era tanto y que le había gustado mucho. Como disfrutamos tanto en su vecina, le dimos una oportunidad, esta era aún mejor. En cuanto a los expo, en realidad únicamente lo era en los tramos fáciles. Cuestión de no mirar para abajo y no pensar en ello. En todo caso, tras salir de un tramo mucho más chungo, se nota menos.
Esta también sería VVB pero como no hay sitio para todas y tengo que seleccionar, y no cabe, es como los concursos de la tele.