Tras una
repetición a toda leche por parte de Fanny, Dani y Mija a Moonwalker, decidimos
no demorar el objetivo principal del viaje y comenzar a abrir la vía larga, con
más de 1.000 metros. El lugar exacto no lo sabemos pero si el sector de la pared
por dónde transcurrirá.
El primer día
subimos Remi, Mija y yo, a dar un vistazo y comenzar. Tras contemplar un par de
buenas opciones y un breve tira y afloja, nos decidimos por subir a la
izquierda de Esmurgeitor.
Ese primer día
ya abrimos 5 largos. La idea es ir fijando las cuerdas que tenemos, unos 700
metros, y después darle un ataque final con vivac incluido.
A ese último
empujón yo no iré porque estoy un poco chungo del riñón y la posibilidad de que
me pille un yuyu allí arriba no me atrae en absoluto.
Así que iré
haciendo en esa primera y larga parte inferior.
Ebnvarias
jornadas vamos ascendiendo y fijando cuerdas. La escalada es agradable, tumbada
y combinando adherencia, pequeños mogotes y canalizos. Un tremendo dolor de
pies acompaña durante largo tras largo, además creo que no he traído los gatos
adecuados a este tipo de escalada.
Uno de los días
llegamos a la base de la pared y comienza a llover, en poco tiempo empiezan a
bajar cascadas de agua por todas las canales, acompañadas de un inquietante ruido
de agua cayendo. Lo tomamos como día de porteo y descanso obligado.
Queda fijado
hasta la R11 y listo para un intenso ataque final. A el van Fanny, Marta, Dani
y Mija. Milagrosamente aparece la única repisa de toda la vía, unos metros por
debajo de la R15 y pueden pasar la noche sentados.
Finalizan y,
tras 21 rápeles, llegan al suelo, habiendo recuperado también todas las cuerdas
fijas.
Días después
Fanny, Dani y Mija le dan un pegue y la escalan en un día, pero creo que lo
habitual será repetirla con vivac. Pensad que sólo de rápeles serán entre 4 y 5
horas.
Un pequeño sueño
cumplido y un buen trabajo colectivo, con una logística pensada e ideal para el
grupo y la pared.