Tras escalar las dos vias mas largas de la pared veo sus posibilidades reales.
Abajo resuelve como puedas y arriba roca excelente, continuidad y dificultades no muy elevadas, además de un ambiente único con tresmiles al fondo y gran sensación de aislamiento y soledad.
La idea ahora era completar este sector con un nuevo itinerario entre “Historias de la nada” y la canal, dónde ya había visto que entraba sin problema.
Los dos itinerarios anteriores, a parte de su belleza también cuentan con una gran exposición, demasiada para mi gusto. Así que en esta ocasión quería dejarla con bastante mas material emplazado en las placas improtegibles, de forma que fuese la opción mas llevadera de la pared. Ahora solo había que encontrarle la entrada mas digna posible.
El primer día vamos con Cesar tranquilamente y abrimos tres largas tiradas que no están mal pero tienen algo de musgo, desagradable en ocasiones, y demasiados metros como para ponerse a cepillar. Que decida el tiempo, si se repite se irá limpiando de forma natural y si no… que es lo mas seguro, seguirá también de forma natural, tapizada de musgo.
Rapelamos y posteriormente recuerdo, al menos, dos intentos frustrados por el tiempo inestable.
Al cabo de dos años decidimos firmemente acabarla, también aprovecho que tengo que hacer 10 sesiones de fisio en Vielha, a las 8 de la mañana, lo que ya me da cierto margen.
Regresamos con Alex y completamos la parte mas matojera de la pared. Aquí se alterna roca e hierba (pinchosa) hasta la base de la placa final.
Por fin estamos bajo la zona mas interesante y motivo principal de la ascensión: una gran placa continua de unos 300 metros con excelente gneis totalmente limpio y agradable de escalar.
Rapelamos dejando fijadas las tres cuerdas que llevamos en la pare inferior.
Como otros detalles del día señalar un bloque que toco con el pie y cae directamente hacia Alex, menos mal que para en una repisa, si no … Eso si, me parte mi cuerda por la mitad.. Después la excesiva calor, acabamos totalmente deshidratados, yo al día siguiente estoy como si hubiese hecho el Embarradere.
Regresamos un tercer día y tras remontar el tramo de cuerdas fijas nos toca escalar otras tantas tiradas. Esta vez llevamos aún mas cuerda para fijar, el día que tengamos que bajarlas no me lo quiero imaginar.
La parte superior no defrauda en absoluto, muy buena y con excelente roca durante casi 300 metros.
Abrimos casi 5 largos, solo queda llegar a la reunión y un par de largos mas, uno de ellos trabajoso para terminar la vía. En el primer rapel no podemos recuperar la cuerda, Cesar remonta y lo apaña un poco pero aún así cuesta muchísimo,
Después continúa la interminable sesión de rapel y reinstalar algunas cuerdas. Han sido 12 horas de coche a coche pero menos deshidratante que la jornada anterior, hacía algo menos de calor y traía casi el doble de agua.
Último día de apertura: esta vez si que viene también Alex. Jumareamos rápidamente todo lo instalado. Después escalamos los largos ya abiertos en la gran placa superior. Termino yo mi largo y monto la reunión, junto a un bonito techo.
Alex continúa abriendo y se va decantando hacia la izquierda hasta encontrar una chapa de la vecina “Historias de la nada”
Tras analizar la situación decide cruzarla y montar reunión, parece que se continúe bien y con espacio mas allá.
Y así resulta, un último largo bastante interesante y en la tónica de los anteriores nos deja en las últimas dos anillas del itinerario vecino.
Rapelamos rectos hasta otra instalación de la misma y desde aquí ya por la nuestra hasta el suelo.
Entre los 13 rapeles (3 personas), hacer algunos arreglos e ir recuperando las cuerdas fijas, nos tiramos 4 horas hasta el coche. En todo caso prever un largo descenso de 3 horas por la vía o, posiblemente, algo menos caminando hacia la derecha, y en busca del camino. Pero bastante salvaje.
En todo caso toda una larga aventura en un entorno salvaje.