Hace 27 años que abrimos esta vía, aunque a decir verdad, nunca estuvimos seguros de que no hubiera subido por ahí otra (s) cordada (s). Por el momento nadie ha dicho nada ni he encontrado nada documentado. Anteriormente ya había recorrido esta pared, por la vía de la Cara Norte, que transcurre por la canal-diedro situada en el centro de la misma. Yo pasaba unos días (bueno 1 mes) en los alrededores de la Renclusa, un día apareció Robles y nos fuimos a la vía, sólo teníamos 1 martillo y 6 clavos (todos en u), el hizo todo de primero (yo era demasiado joven, me temo) y me dejaba una piedra junto a cada clavo que ponía, no hundiéndolos demasiado. En la parte superior escalamos más a la derecha del itinerario original, para evitar la roca descompuesta. Para mi fue una experiencia inolvidable y aquella pequeña y fea pared., me marcó el resto de años.
Con Manel volvimos al cabo de 1 o 2 veranos para abrir el espolón, evitando la zona central, bastante más vertical que la Picapiedra.
Pasados 14 años regresamos a la vía, a ver si era como la recordaba y aprovechamos para equipar las reuniones. También me lo pasé en grande ese día, aunque acabáramos remojados como pollos y huyendo de las decenas de rayos que nos caían encima.
El otro día, y tras 3 jornadas de lluvia y toda la noche jarreando volvimos por tercera vez al espolón. La parte de abajo estaba empapada, por lo que decidimos obviarla. Arriba, tras algún patinazo-huyquesusto, la roca fue secando poco a poco hasta quedar perfecta para su uso. Paralelamente el inicialmente tapado cielo se fue abriendo hasta quedar un día radiante.
Pocos días antes, junto con Solé habíamos ido también a la pared, con la firme intención de abrir una nueva vía entre la Cara Norte y la Picapiedra. Pero el día empezó tonto, un tiempo rarillo que nos hizo cambiar los planes hacia objetivos mucho más cortos. Al rato descubrí que me había dejado las bambas y sólo tenía las chancletas, más tarde también me dí cuenta de que había olvidado coger los tornillos (la idea era escalar casi todo por placas). De forma que lo dejamos para otro día.
Al repetir el Picapiedra me asomé varias veces hacia la vertiente por dónde debía salir el nuevo itinerario y el panorama era desolador: roto y más roto, cientos de bloques apilados unos sobre otros o hierba como alternativa. En total salían 2 o 3 largos interesantes y otros tantos de cutrerío supremo. Me alegro de haberme olvidado todo y de que hiciera medio malo.
Adjunto la reseña de nuestra segunda ascensión, sobre la que habría que corregir un pequeño error que ya ha hecho liarse a más de uno. En el largo 3, el primero de la segunda parte, la tendencia es siempre hacia la izquierda, en busca de un evidente diedro tumbado y en diagonal hacia la izquierda. No ir recto ni a la derecha (como pone) porque desembocas directamente en la zona desplomada del espolón, que la vía evita.
Por último señalar que la vía no llega al mismo Pico de la Renclusa, sino a una pequeña cima situada antes del mismo, siendo posible continuar por la arista hasta alcanzar la cima verdadera.