Al día siguiente las previsiones eran tirando a nefastas a partir de las 12 del mediodía. Un poco justo, así que nos decidimos por una sin aproximación y facililla, de forma que fuésemos rápidos. Hicimos la Embarquement con la variante de salida por el 6a. Muy buena y recomendable como vía fácil de la pared y VVB, aunque…
Es uno de los itinerarios más ilógicos que he escalado nunca: en una pared estructurada en grandes diedros diagonales de derecha a izquierda, esta va en dirección contraria y saltando alegremente de diedro en diedro. Lo vi excesivamente ortopédico. Además creo que existe cierto retintín puesto que originalmente era una línea prácticamente desequipada, salvo alguna chapilla original, reeeeechapada otra vez y dejándola casi para ir sólo con cintas. La verdad es que se podían haber ahorrado el 80 % de los tornillos y aún así sería una buena ruta semiequipada y a completar con perros.
No teníamos claro si rapelar o bajar andando, llegamos arriba a las 12 en punto y a las 12 en punto peta el primer trueno. ¿Qué, rapelamos?. Peta el segundo trueno, está claro que no. Decidimos bajar por el lado contrario de la bajada normal e indicada en todas las guías, artículos e interneses. Yo desde enfrente había creído ver que si tirabas plano, al poco llegabas a un camino enorme que te llevaba de nuevo al aparcamiento. La verdad es que fue así, esta bajada por la derecha, aunque un poco más larga que la habitual (tampoco mucho más), resulta mucho más cómoda. Otra cosa es que a los 10 minutos empezó a jarrear a saco con rayos, truenos y centellas. Nos resguardamos bajo un pequeño bloque, en el que no cabíamos, para pensar que así no nos mojábamos, al menos parecía que quedabas más resguardado de los rayos. Empapados como pollos, acabamos de bajar hasta el coche. Los compañeros no tuvieron tanta suerte y les pilló antes de acabar la vía. Con Remi y Toño.
Y aquí finalizó esta escueta salida.