Un rápido tentenpié y volvemos al rollo. Esta vez a una línea muy famosa: Lune de Miel. Famosa porque todos los amigos que la han repetido, me la han recomendado vivamente. En el otro viaje Remi y otro compañero se liaron a la mitad y, tras algún cañonazo, decidieron abandonar. Ya estaba advertido. La nueva guía (justita por cierto) desvela el misterio: es otra vía que la cruza. Por lo tanto vamos sobre seguro y acertamos todo a la primera. Sin duda que la reseña adjunta ayudará a no perderse en la travesía ni en los rápeles. La vía es otra pequeña maravilla, creo que la única que escalado aquí sin poner ni un solo friendo, y dónde predominan las placas y los pasos desplomados. Guapamente sale toda a vista, aunque en el L1 (el chungo) iba de segundo. De primero pillas por el rozamiento de las cuerdas, a menos que te trabajes de fábula la doble cuerda. Los que he visto aquí (que son varios) han pillado por el roce. Sería VVB pero no cabe.
Por la noche hablamos con uno de los aperturistas más activos del lago, que está trabajando en un proyecto al fondo y nos dice que ellos han estado todo el día al sol, que se veía la niebla al principio del lago. Que pringaos nosotros, creyendo que mas arriba estaríamos peor.
Cae la noche y la temperatura desciende en picado, el único lugar dónde se puede estar es empotrado en el pequeño coche de Jorge con los plumas por encima y mirando páginas de letras y santos gracias al frontal.
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