La Paret dels Sostres, en Oliana, es de aquellas realmente bestias y que siempre me había atraído. La verdad es que nunca había reparado en ella hasta que Porta abrió, con Antonio, el viote Chapuzas de la Evolución. Quedó pendiente, como tantos proyectos, lo malo es que esta es una zona a la que he acudido muy poco a escalar, la cuenta pendiente que últimamente estoy tratando de enmendar. Llegan unos años en los que el artificial te da más mandra que otra cosa y tiras más para el libre, ahí estamos ahora. Se fueron añadiendo vías, incluso alguna de libre: la de Marçel que debe ser otro viote. Y de golpe aparece ella, como un inesperado puñetazo en los morros, zas. “Je le truvé” Un pedazo de línea que recorre el tremendo muro liso situado inmediatamente a la izquierda de la cascada. Algo que, visto desde abajo, parece imposible de escalar en libre y, de esa dificultad. El dardo ya está clavado.
Lo único que corta un poco es la dificultad, fácil no es. Aprovechando una estada en El Bruc de Dalt, quedo con Yuyu y vamos. Ir con un lolo siempre es un poco de trampa, jugar con ventaja. Pero es lo que hay, a ver si se pega algo.
Gracias al buen equipamiento la hacemos bastante rápido y no la encuentro tan difícil como esperaba. Lo realmente difícil está concentrado en tramos cortos y es fácilmente trampeable. Lo más fácil, a veces es un poco expo, ahí hay que templarse y no pensar n ello. El resto (la mayoría de la vía) es una sucesión de muros con roca pinchosa y canto generoso. Ambiente garantizado y posibilidad de rapelar desde cualquier role. El Taghia. Me diréis que exagero (serán las raíces Andaluzas), pero podría ser la mejor ruta que he escalado por estas tierras.
Una línea magistral en un muro imposible.
Me estoy comenzando a embarcar en un nuevo proyecto a largo plazo. Un curro de hormigas, de ir haciendo: Las mejores del Piri y Pre-Piri, las very very best. Esta ocupará un lugar privilegiado, a partir de ahora en las entradas de itinerarios pre-seleccionados (aún faltará la criba final), terminarán con VVB.