Esta ascensión siempre me había atraído, desde el primer día que ojeé el libro de Bellefont. Una vía en la que tenías que pasar bajo una cascada de agua, mojándote si o si, mola.
Esperaba encontrarme un medio-callo pero con aliciente. Era una ascensión obligada y, gracias a mis muchos viajes por la zona, pudimos ascenderla cuando las condiciones eran más óptimas: buena meteo y a final de temporada. Resultó ser muchísimo mejor de lo esperado. Un itinerario fácil, pero en el que debes de navegar buscando tu camino y no errar en las numerosas trampas que te pone la pared. Roca muy buena por lo general y ambiente totalmente irrepetible por la presencia, muy cercana, de la cascada más grande e impresionante de todos los Pirineos.
Y llegamos a la nuestra, la inevitable. Nos colocamos los anoraks y…sorpresa: yo pensaba que era una décima de segundo y que pasabas medio corriendo por la repisa. Nasti de plasti, no es tal repisa, es una rampa. Menos mal que la roca es muy adherente, pero debes atravesar medio escalando y por lo tanto más despacio de lo que desearías, total que te da tiempo a empaparte aquello bien. Nadie pensamos en los pantalones impermeables y es aquí donde más pillamos.
Ascensión muy recomendable y única en toda la cadena, realizada con Yaks y Jean-Michel.
Interesante info de una ruta que sólo sabía por el libro de Bellefon.
ResponderEliminarLa adelanto 100 puestos en la lista de pendientes.
Chavi
Merece la pena, aunque sólo sea por el ambiente único.
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