Tras la ligne de mire, dormimos como lirones y al día siguiente tenemos sobre nosotros un cielo gris, con las nubes que rápidamente suben desde el valle con el objetivo de hacernos pasar otro día temblando en las reuniones. Decidimos que le den por saco y nos largamos a la vertiente sur en busca del solecito.
Perfecto, aquí está. Nos dirigimos a Canfranc Estación a conocer una pared en la que nunca habíamos estado antes. No es muy larga, lo cual ya va bien porque entre una cosa y otra son las tantas y hoy regresamos a nuestros dulces hogares (y tengo que recoger la furgo en el taller de Jaca).
Pared de las Iserías, dónde M. Suárez, me recomendó la Karkinyoli como la más clásica y guapa de la pared. El primer largo es bastante hueco, sumado a la lejanía entre los seguros te hace escalar tranquilo y asegurando los pasos. Más arriba medio mejora y también te vas acostumbrando a los hueco-tanks. El tema de la graduación es bastante curioso, en las primeras reseñas creo recordar que el paso clave lo dan de 6b o así. Otra más moderna ya le da 6c+. Lo paso en Artifo, marco un par de cantitos medio ocultos y le meto del tirón. Jorge lo supera a la primera y en la reunión intercambiamos opiniones, coincidiendo ambos en que un buen 7a no le está nada mal. A partir de aquí la roca ya mejora más y la escalada es más sencilla y divertida.
La bajada comienza bien, pero luego desaparece el caminillo y terminas en un aterriza como puedas. Sin ser ninguna maravilla, no está del todo mal y la incluyo en las VVB por conocer el valle.
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