PARET DE CATALUNYA - TODO VENTAJAS

Cuando escalamos la Anglada, no paraba de echarle el ojo a la línea (mejor dicho, las líneas) que había justo a la derecha. Parecía mentira que este pequeño pero bonito rincón estuviera olvidado por los escaladores y más, ante posibilidades tan buenas y continuas. Pues nada, la cosa estaba en no darle publicidad alguna hasta que nos hubiéramos subido por los sitios que nos hacían tilín y que cantaban demasiado como para ignorarlos. Con Chavi iniciamos este bello itinerario que salió mejor incluso de lo esperado. Una línea continua de fisuras sobre excelente roca y que debería incluso convertirse en clásica, creo. La dejamos arregladita, en el sentido de que estábamos más rato limpiando los largos que escalándolos. Debido a una tormenta que se aproximaba y a la posibilidad de salir en el día, nos dieron las prisas y este largo quedó sin repasar. Al final granizó y llovió un rato pero, milagrosamente, el tiempo se enrolló y nos dio la suficiente vidilla para salir y bajar con las últimas luces del día. El último largo, si que lo limpiamos bastante. Las reuniones están todas equipadas y dejamos un parabolt en el paso clave (que quedó emplazado justo en el lugar deseado –tarea no siempre fácil cuando vas desde abajo-) y un par de clavos. Si alguien se enrolla y acaba de limpiar un poco el penúltimo largo, perfecto. Los grados son un poco provisionales (el 6c creo que está bien puesto), los 6b después de la limpieza fácilmente sean 6a+, a ver que les parece a los repetidores. Una vez acabada la línea una satisfacción y paz interior, puebla cualquier cuerpo abierto a sensaciones. La tenue y reconfortante luz crepuscular termina de dejarte medio groguis, momentos inolvidables. Y con el estado de semi-trance p’abajo. El nombre corresponde a una de las frases históricas de Toño, y además se adecua al itinerario. Acompaño una foto de Héctor en la vecina Cuentos del viento o como se llame.