El circo de Troumouse es un bello y conocido rincón de esta parte del Pirineo. Encontramos una serie de grandes paredes que lo cierran, además un gran número de largos itinerarios se han ido abriendo a través de los años. Lástima que la roca no acompañe mucho (más bien nada) y su calidad oscile entre mediocre y malísima. Antes de llegar a el, a la derecha, encontramos unas paredes secundarias, pero igual o más espectaculares. Aquí la roca se presenta en forma de grandes placas, tipo Gourette, y algunas zonas muy buenas intercaladas con otras que lo son menos. Entre ellas se encuentra la Dalle de Maillet, pequeña rampa medio disimulada entre unas cuantas paredes más altas y más verticales que le hacen sombra. En principio parece ser que únicamente existe un itinerario rocoso, abierto en la pared de la izquierda. Por lo tanto el terreno de juego es en la actualidad bastante extenso y apetitoso, con aproximaciones razonables. Completa el panorama la pequeña y bonita zona de boulder situada junto al albergue.
Como nota negativa, la obligatoriedad de pagar un peaje, poco después de la aldea de Héas. Negativa, negativa. Si venís antes de las 8 de la mañana o por la noche, se escaquea. Que manía con cobrar por ir a la montaña, es injusto e inmoral. Injusto porque ellos no pagan cuando van a otras montañas (no deben ir nunca), inmoral porque al final pagas por todo. Acompaño alguna foto de la decoración en casa de un amigo, muy cerca de Troumouse.
Esta guapo el chucho...jejeje.
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