Tras sopesar varias opciones nos decidimos por este itinerario en la parte mas larga de la pared.
Resigue un sistema de diedros bastante evidente y estético hasta la misma cima.
Según la guía es una escalada muy clásica y le otorga el máximo de estrellas. Marin, un escalador local, también nos la recomienda mas que otras.
La verdad es que a mi ha gustado lo justo, tirando a menos. Un par de largos buenos y el resto buuuf.
También hay que decir que a Juan Luis si que le gustó.
La escalada es muy vertical y difícil, puesto que la roca tiene poca adherencia y apenas da mas canto que las fisuras que encontramos. Mucha vegetación también en casi todos los largos.
Una mala interpretación de la reseña, o una mala reseña, manda a Juan Luis a aventurarse en una placa. Al final tiene que bajar asistido por una pitonisa cutre de otro que también se lió…
En un lugar me cuelgo del clavo a descansar y pum, el calvo peta y yo vuelo un pelín, es mas el sobresalto, pero después de eso ya te fías lo mínimo de estos pequeños cabrones traidores.
En una reunión con antiguo rapel cuelga el clavo superior, también roto. O sea, que alguien se llevo un buen susto en su momento.
Llegados a la gran repisa superior y viendo el terreno (herboso) y la hora, decidimos dejarlo aquí y bajar rapelando. Una cordada Rumana que está al lado y coincide en este mismo punto, decide salir por una repisa de escape que hay hacia la derecha.
Después nos dijeron que esa parte superior es mas herbosa y descompuesta que la inferior. Ya hicimos bien entonces.
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