Algo mas hubiéramos hecho por Ogoño o cerca, pero al día siguiente daban mal tiempo y ya no disponíamos de mas.
De camino teníamos el Prepirineo Oscense, así que nos decantamos por la Peña Rueba, que hacía ya unos días que no andaba por allí.
Dormimos en la zona y al día siguiente vamos hacia la pared.
En la zona izquierda sólo tenía hecha media vía (por falta de tiempo) así que propuse Aliana, de la que había visto buenas críticas.
Recorre de forma casi directa la parte central de este gran muro salpicado de panzas.
Muy buena roca, largos cortos y seguros cerca.
Entre que el grado está ajustadito, la tendinitis del codo y que a mi lo de las panzas nunca se me ha dado bien, pillo por todas partes y la ascensión se convierte en un ejercicio de supervivencia.
Pero bueno, acabamos.
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