Al siguiente día
decidimos hacer algo más fácil y con un acceso, por lo menos, más claro.
Le digo a Nacho
que elija y elije la Arista de Quenza. Hace años hice la de Zonza y ya me está
bien para cumplimentar las superclásicas de la zona del Coll. Además en la guía
la pinta de super-recomendable con estrellita extra.
Normalmente
hacemos más tiempo en las aprox que lo que pone la guía. Esta vez no, el camino
es muy bueno y lo hacemos en 15’ menos. Mola.
La vía resulta
bastante guapa y variada, con abundancia de tramos de tafonis en la zona
inferior y algunas fisuras muy buenas arriba. Siempre con un ambiente de
montaña extra. Este, adem
ás, se ve acrecentado por la niebla que termina por envolvernos en la
parte superior. De hecho algunos partes daban lluvia por la tarde, pero otros
mantenían simplemente las nubes. Por suerte se cumplen las últimas
predicciones.
En un ambiente
fin del mundo llegamos a la cima e iniciamos el descenso en busca de los
rápeles que no conocemos. Bastante bien. Vuelta cómoda por el mismo camino de
aprox y última tertulia con los compañeros.
Esta próxima
noche se prevén algunas lluvias, a ver que tal.
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