La idea al abrir
esta vía era tener un itinerario de cierta envergadura dentro del término de
Olesa y sus aperturistas (Marcel y Nando) lo consiguieron.
El lugar tiene
un ambiente especial, con el macizo de Montserrat en todo momento ante nosotros
y vigilando lo que hacemos. Lástima de la deplorable calidad de la roca en la
parte inferior. Arriba va mejorando pero nunca deberemos bajar la guardia. Un
conglomerado inconsistente que no nos merecerá ni la más mínima confianza. Para
equilibrar encontraremos un equipamiento generoso que nos hará pasar bastante
menos miedo del que podríamos pasar.
Los largos con
cierta dificultad acaban rápido y unos tramos fáciles nos depositan en una cima
con vistas.
La aproximación
es cómoda y agradable, salvo los últimos 5 minutos, el descenso un chollo.
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