Menos concurrido que el Espade, el Neouvielle nos ofrece 3 itinerarios modernos y paralelos. La aproximación es como una hora más larga, pero merece la pena. A parte e llegar a un 3000, que siempre es motivo de honda satisfacción, sus vías son tremendamente buenas y el ambiente insuperable. Ya de entrada la altura se hace notar y nos quedamos a media ladera esperando justo en el último punto dónde toca el sol. Conforme sube el, también subimos nosotros y hasta que no toca en la pared, no comenzamos a escalar. La zona central se ve inexpugnable, un muro rojo totalmente monolítico y liso. Esa imagen se desvanece al llegar a él (menos mal) y aparece todo un mundo de canto gordo y escalade plaisir (si no te miras mucho los seguros). Obstination es la línea central y, no se como serán las otras, pero esta es un verdadera maravilla. Totalmente recomendable, a pesar de las repisas y algunos inquietantes tramos huecos. Con Jeanlú Monge y Goyanes.
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