Como aún es mediodía y los compañeros están entretenidos allí arriba, seguimos las savias recomendaciones de Anaya y repetimos la parte inferior de esta bonita vía. Recorremos un corto y precioso tramo de 4 largos, que desciendes en un solo rapel de 60 metros clavados.
Cuando llegas a la base, de entrada no ves claro que por allí subas sin chapas, solo están montadas las reuniones, pero después van apareciendo todas las fisuritas necesarias como por arte de magia.
Otra pequeña joya del valle, con excelente roca y de escalada sinuosa en busca de las debilidades de un muro vertical. Muy bien encontrada e ideal para rellenar esas horas que sobran.
Si decidimos continuar, la escalada sigue con dificultades similares, quizás un pelín mas bajas, por placas de roca excelente pero salpicadas por tramos herbosos y repisas, en todo caso también es una buena opción para salirse de las típicas vías super trilladas de otras paredes cercanas.
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