Hoy iremos todos a la misma vía y además a un lugar donde nuca hemos estado ninguno de nosotros.
La Penya Roc es una extensa franja de paredes, muy visible desde las carreteras cercanas, situada a la derecha del conocido Ponoig. Una de las que siempre te has mirado pero que no terminas de ir. El motivo es bien sencillo: casi todas las vías son de gran dificultad y no demasiado equipamiento, lo que limita bastante las posibilidades. Aún así, algo asequible hay y esta es una de ellas, además de recomendada en todas partes.
Recopilando la info nos aparece la misma roca con otro nombre, en Inglés, y cosido de vías Edwards. Tras leer unos comentarios en Desnivel, se intuye cierto mal rollo.
La aprox la acertamos sin problemas, muy cómoda salvo el últiomo tramo por terreno mas móvil y desagradable, pero es corto.
Ya subiendo hacia la vía, y en vista de que nadie decía nada, suelto aquello de: “pues para ser una vía de V, se ve demasiado tiesa, no?”. No hay apenas respuestas, un “buf, vaya.., nosé….”
Llegamos a la base y el primer largo ya se ve recio y rarillo.
Una vez en faena descubrimos que se equipa mucho mejor de lo que parecía y que la calidad de la roca es genial.
En general grado ajustado y vía preciosa, con tramos de navegar y saber a dónde y por dónde vas. Otros imposibles errar, como la fisura de arriba. Pero lo que si es totalmente innegable es su gran estética.
Para mi gusto, destacar un tramo particularmente expuesto llegando a la chimenea. Me tocó a mi, que no suelo hacer estas cosas y es el típico sitio del que me bajaría con mil excusas pero resuelvo esta vez, menos mal que no es muy difícil, pero como falles o te pongas nervioso el revolcón es considerable, asegurado por un fisurero a caldo.
La bajada, siguiendo la recomendación del recorte de Desnivel que llevamos, lo hacemos por la derecha. Muy bonito porque pasamos por la base de la Pared de las Fisuras y observamos los deberes para dentro de poco. Aunque no se si lo mejor porque no dejaré de pensar en esas terribles rallas verticales que aguardan para engullirte.
Un rapel y terreno incómodo y punzante nos dejan en el camino trasversal.
Después vi que seguramente es mejor bajar por la canal situada justo a la izquierda de la vía, que además te permite dejar allí la mochila si quieres.
En todo caso, otra buenísima vía del Levante.
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