Al siguiente día
no estamos para mucha mandanga, ni el día tampoco. Amanece con un cielo muy
amenazante. A pesar de que aquí a veces amenaza pero no termina de caer,
decidimos hacer algo mucho más suave y de fácil abandono. Tras un montón de
opciones y de no encontrar el aparcamiento de una de ellas, acabamos con el
coche delante del Toix Oeste. Yo nunca he escalado aquí y Edu tampoco, así que
iremos a hacer algo.
La vía que
queríamos escalar inicialmente, un teórico 6a, me tira para atrás. Un día haces
6c a vista y otro no ves no como subir por un 6a.
Lo termina Edu y
coincidimos en que debe ser 6c patinoso y apretadísimo. Cambiamos de plan, la
idea era algo mucho mas suave.
Justo a su
izquierda tenemos el espolón, de innegable belleza y estética, pero justo encima
de una casa…
Le damos.
La verdad es que
es muy bueno, con dificultades entorno al V y algún paso de V+, es solo que si
toras una piedra va a la piscina o a la terraza (ver fotos). Mal rollo. En
teoría el L2 (que es el más peligroso en este sentido) va por la placa de la
derecha, pero aquí solo existen dos tornillos con cadena en 30 metros, marca V
pero no se lo creen ni ellos. Yo creo que los han colocado desde arriba y no se
ha subido casi nadie por allí. En las fisuras de la izquierda vamos encontrando
clavos.
El resto es
mucho más fácil y agradable. Además lo han ido equipando con paraboles
provenientes de otras vías, en lugares dónde no hacen absolutamente ninguna
falta (puente de roca al lado o fisura perfecta en terreno de IV/IV+).