El Espolón del Gállego es un poderoso motivo de escalada situado frente a los Mallos, siempre presente, siempre a la vista. Demasiado evidente como para obviarlo.
Peña Ruaba, Rueba, Roeba...
En esta pared se han ido abriendo varios itinerarios a través de los años, y mas que se abrirán a juzgar por las cuerda fijas de la derecha.
Hasta ahora los itinerarios existentes tenían un marcado carácter expo y, por lo tanto, la pared quedaba relegada a la categoría de coleccionistas y escaladores muy locales. La última vía inaugurada, rompe con esta tónica y acomete el espolón desde abajo del todo, buscando la mejor roca y con abundante abundancia de seguros fijos. Arriba conecta con el Espolón Fuertes, dónde cambia totalmente la roca y el equipamiento.
-Parte inferior: en general la roca es de muy buena calidad, salvo algunos tramos, y está muy equipado con paraboles gordos y relucientes. Llegamos a la Punta de la Ralla, desde dónde podemos bajar con unos cuantos rápeles por la canal de la izquierda. Esto lo hace bastante gente, pero te quedas como a medias, como que te falta algo.
-Parte superior: aquí cambia el percal. La roca sin ser buena, tampoco es superultramala, pero buena no es. Eso si, la estética es brutal, el itinerario acomete de forma directa y elegante el bello medio del espolón, rematando de forma sinigual la pared en su mayor desnivel. Mucho cuidadito con dónde nos agarramos pues. En cuanto a los seguros ¾ de lo mismo, no es que no haya, que los hay y muchos, pero no es lo mismo: pitoncitos de calidad diversa, puentecitos de calidad diversa, spiticos de calidad diversa y alguna cosita que puedes ir colocando para reforzar (paraboles en las roles). Pero bien, creía que me daría más miedo, pero en absoluto.
Nos alegramos mucho de haber escalado el espolón íntegramente y lo recomendamos al máximo, siempre sabiendo que lo de arriba es otra historia.
Sobre la bajada había leído verdaderas historias de terror: que si de noche, que si pinchos a saco, que si acababas rapelando de arbustillos,… Como teníamos en el bar a Luis, uno de los aperturistas, le pedí que me la explicara bien, pero su respuesta fue aún mejor: habían inventado un nuevo descenso que te dejaba bastante cerca del pie de vía. Un pequeño croquis fue suficiente para encontrarlo sin contratiempos y bajar por estos flamantes nuevos rápeles. A parte de rápido y cómodo, nos pareció bonito; únicamente el cable del flanqueo, yo no tiraría mucho de el, es tan tan fino…