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Bajamos de nuevo
a la base de la pared y vemos a Victor. Ya antes le habíamos telefoneado un par
de veces para pedirle si tenía esparadrapo porque se me había abierto un dedo
reseco y es una verdadera pequeña putada para escalar.
Le gritamos
desde abajo y nos dice que el compañero se ha caído e igual se ha roto el
brazo, de momento sube con cordinos hasta el y nos dirá que tal. Le decimos que
si necesita algo subimos y le mandamos una cuerda o lo que sea.
Al poco ya nos comunica
que llamará a los bomberos.
Al parecer ha
sufrido una larga caída, debían ser los bloques que vi bajar, y se ha hecho
bastante daño.
Al rato vienen
un par de helicópteros y por allí están hasta que sacan a amos de la pared. Al
marcharse retorna la calma y el silencio a Rubíes y terminamos nuestra segunda
vía.
Esta tiene dos
largos sumamente buenos, el primero y el último. Pero otros tantos intermedios
que no son ninguna maravilla, incluso tirando a cutrillos según como. Para
rematar y alargar un poco el día salimos por el último de La Máquina del Temps.
Excelente tirada desequipada y vertical, dónde me empleo a fondo en un tramo
obligado tras la chapa. Luego resulta que no iba por allí sino bastante más a la
izquierda. Bueno, acabo en la cima igualmente.
Balance: no se,
no se. Lo que si que se es que las tres vías que escalé anteriormente por la
zona: Xavier Teixidó, Integral de Rubíes y Azul son todas infinitamente más
buenas que estas, y más largas.
Aún así, creo
que le daré una segunda oportunidad.