Hoy es un día un poco especial. Por un lado una nueva pared (Paret del Gneis) que siempre me había dado respeto por la fama que tienen sus seguros leeejos. Por el otro lado un nuevo compañero (Pastes) gran escalador y mejor persona. No se si estaré a la altura de ambos pero ya imagino que la cosa será no mirar mucho para abajo. Por otro lado, en principio, ese tipo de escalada me va mas o menos bien. A ver que.
Llegamos al collado de las rocas blancas y localizamos la canal de bajada. Bueno, Pastes ya había escalado estas vías hace un par de años, pero al final les pilló mal tiempo y no acabaron de saborear el lugar.
Llegamos a la base de la pared. Precioso sitio, ambiente y gran sensación de aislamiento, que en realidad no lo es tanto, pero lo parece.
Comienzo para ver de que va. Va de que alejan bastante pero se deja hacer, gracias a las regletas y repisitas que ofrece la pared y a su grado de inclinación, amable.
La vía se desarrolla sin problemas, el 6a, quizás un plus mas tranquilamente. No mirar para abajo y colocación adicional de algún friend de tanto en tanto, relajan la sensación de medio free-solo.
De golpe y porrazo, la calma y solitud del lugar se ve sorprendida por un puuuuum, justo al lado nuestro, en la canal de aproximación. Un tiro, sin duda en busca de los cabirols que habíamos visto a la bajada. Es bastante normal: aquí no se puede escalar durante gran parte del año pero puedes matar cabirols, todo normal. Gritamos y hacemos piuuuus par que sepan que hay gente al lado. Varias explosiones mas y por fin la cosa se calma.
Poco después apare la familia Pujades-Amils al completo y aprovecho para hacer alguna foto.
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