Una de las clásicas del Campana. Muchas de las vías no llegan a ningún lugar, esta al menos lo hace a una esbelta aguja. Ya la tenía ojeada como alternativa fácil, después de escalar al difícil Diamante, queda justo al lado, estaba claro que esta sería la siguiente.
Escalada realmente bella, desequipada, estética y con dificultades que te permiten disfrutar sin agobios. Únicamente requiere un mínimo de lectura de reseña y del terreno para no confundirnos con la multitud de vías que la acompañan a ambos lados y la atraviesan constantemente.
Lástima del día que no acompaña demasiado, hace frío y viento (esta será la tónica de los próximos días), pero aún es medio soportable.
Llegados a la primera aguja, dónde finaliza el itinerario, aún continuamos dos buenos largos hasta la cima de la aguja principal, siguiendo la Aristóteles.
La idea es enlazar con la pared Suroeste del Puigcampana, pero como vamos despacio, ya lo hemos planteado directamente en dos días.
Bajamos, nos perdemos un poco, nos volvemos a encontrar y dejamos el material al pie de objetivo del siguiente día.
El resto del descenso al coche super-chollo sin nada de peso.
Habría que preguntarse si no es más "ético" desequipar, o menos "ético" abrir, vías que chafan o se entremezclan en poco espacio con otras líneas abiertas anteriormente que otras cuyo único pecado es tener chapas.
ResponderEliminar