Ese día tocaba Mascarat prontito por la mañana porque había viaje de regreso.
Ya imaginaba que podía pasar lo peor pero había que probar.
Justo: a primera hora, con el vientecillo y la sombra el frío era intenso e invitaba a ir pensando en algo mas cálido y mas teniendo en cuenta que estábamos en el reino del calor.
Rápidamente sugió en un plan B factible para acabar medio pronto: el Morro de Falqui.
De las tres vías largas que hay en la actualidad me faltaba una. Llamo a Xavi y me facilita pequeñas pero valiosas infos para llegar al aparcamiento y sobre la vía.
Escalar justo encima del mar es siempre un placer para los sentidos, especialmente si vives en la montaña. Ese día quedó radiante y espectacularmente soleado.
Comenzamos con tres largos bonitos y amables hasta la repisa donde se juntan todas las vías y te puedes marchar andando hacia la izquierda.
La recorremos en sentido contrario y, tras otro largo corto, curioso y agujereado, nos situamos bajo el gran diedro desplomado de salida.
Uffff, ya me habían dicho que era chungo, pero desde aquí se ve laaaargo, impresionante, liso y con los seguros lejos. Todo ventajas. Comparado con el resto de la vía es otra película totalmente diferente.
Hemos traído algún friend variado por si acaso pero, a la vista del tamaño de la fisura, no se si nos servirán para algo.
Le meto con convencimiento y, pasando bastante miedo y apuro llego hasta el último seguro. Los pasos son difíciles y obligados, pero vaya, aunque con algunos apuros vas haciendo.
En ese último anclaje ya estoy sin fuerzas ni material y tiro de supervivencia. Coloco un cordino en un bloque empotrado que se mueve y un alien rojo en una ralla situada en el muro de la derecha. Llegar a esto ya me lleva un rato. Al final consigo trampear ese tramito y llegar a la reunión, a caldo. Menos mal que mañana toca descanso.
En la reseña le daban 6b+. Diría que le podéis poner 6c+ sin ningún complejo. Sin recurrir a los friends y puentes en artificial, ya será 6c obligado.
Una inmensa calma se apodera de todo mi ser cuando llego a la reunión, el contraste de la planicie cimera con el desplome que tengo bajo los pues y el mar susurrando monótonas melodías que invitan al baño (que no haré), liberan todo lo liberable…o no.
Un paseo por las urbanizaciones, seguramente el camino de la cima es mucho mas recomendable, nos devuelve a los vehículos.
Fin de la salida alicantina y unos días de descanso sin escalar.
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