La última bajada a Levante fue mal, demasiado pasada por agua y con pocos resultados deportivos. Esta vez pintaba lo contrario, en plena y eterna ola de calor. El veranillo de San Martín extended play amenazaba con echarlo todo al traste debido a las altas temperaturas previstas. Además el lugar era de lo mas “fresquito”: la Vega Baja, tocando a Murcia.
Pero algunos potentes motivos empujaban a arriesgarnos: tenía especial interés en escalar la Botri 2, restringida por nidificación durante gran parte del año, poco después marcho de vacaciones, Yolanda solo tiene esta semana disponible y a Miguel Angel también le cuadra.
Así que decidimos arriesgarnos e intentarlo, madrugaremos a las 6 de la mañana, yo normalmente ya me levanto a esa hora por lo tanto no poblemo.
Lunes es el primer día, llegamos a medio día, nos acomodamos y vamos disparados al primer objetivo, difícil escoger entre tantísima oferta.
Nos dirigimos hacia el Pilier Central, en el Rincón de Bonanza.
Tras dar algunas vueltas por la urbanización, una señora nos indica amablemente el lugar correcto dónde dejar el coche.
La aprox o no la miramos bien o la explican rara. Durante los próximos días será una constante: explicaciones de aproximaciones y descensos poco detalladas, útiles para los escaladores locales pero que exige doble esfuerzo exploratorio para quienes no conocemos el terreno. Con los horarios nos pasa igual: siempre nos parecen el doble tanto en ascenso como en descenso. En mi anterior visita lo vimos igual, sutilezas locales.
Total que hacemos la aproximación justo al revés y llegamos al pie de vía entre matojos y pedreras, pero llegamos. Eso si, sudando la gota gorda en pleno medio día.
La vía está equipada con paraboles y apenas metemos alguna pieza aislada, mas que nada par suplir alguna chapa colocada excesivamente a desmano y de forma ilógica, pero con algún friend sin problema. Comienza por buenas placas, siguen fisuritas y el tercer largo es la verdadera estrella del día: una fisura perfecta que sortea pequeños techos y desplomes. Atlética y espectacular. Una vía realmente buena: 4 estrellas sobre 4. Roca pinchosa y agradecida.
Rapelamos por la vecina Oceano Pacífico, guardada para la primera del siguiente viaje, se veía aún mejor que el Pilier.
Comenzamos bien.
Regresaremos por la parte contraria, dónde si que está el camino, aunque un tanto perdido. Debe ser un sector poco frecuentado…. inexplicablemente.
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