Un tranquilo día de turismo desata aún mas las ganas de subir los roques mas codiciados de la isla. Así que variaremos e iremos a Figueroa.
Javier me comenta una nueva aproximación, por detrás, mas cómoda que la habitual. Le hacemos caso y perfecto.
Nos decantamos por el diedro Alberto Alom, fresquito y orientado al norte. Tras la inmunda pedrera de bajada llegamos al pie de la pared, es impresionante, vertical, monolítica y que nos recuerda mucho a las famosas escaladas del Ossau.
La nuestra aún se ve bien, en comparación con lo que hay por los lados. Pero tampoco regalan lo mas mínimo. Como siempre, algún IV se transforma en un buen V+…rozando el 6a. Por supuesto desequipado.
Buena vía, muy lógica y evidente, con un largo precioso y excepcional (el de los tafonis) y otro mas difícil, con roca así así y algo expo (las anchas fisuras del siguiente). El último tampoco regala y nos brinda una técnica ascensión en chimenea trompetera.
Preciosa llegada a cima que culmina una excelente ascensión. Y de nuevo un excelente regusto cañadista.
Miguel Ángel, Xavi, Óscar y yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario