El equipo se disgrega. Marchan Nico, Albero y Juan Luis y nos quedamos Remi y yo con la intención de meter 4 tornillos en el granito y disfrutar del desierto. Lástima de la excesiva calor.
El primer día hacemos el cambio de lugar y el resto lo dedicamos a investigar casi todas las paredes de cierta longitud, que no es mucha, para ver posibilidades,. Sobre todo a la sombra.
A la sombra poca cosa.
Comenzamos por esta pared, muy característica por el visible arco que la recorre en gran parte. Algunas vías acaban bajo el techo y no lo superan. Nuestra intención es atravesarlo totalmente, por debajo. Delimitamos el itinerario a seguir e iremos reajustando sobre la marcha. No hay que pensar en exceso, el arco nos guía por el camino correcto. Llegamos a un a reunión con químicos medio salidos, seguimos un largo en común y nos desplazamos a la izquierda en busca de nuestro camino.
Creemos que es una vía muy buena, mix de placas y fisuras perfecta. De hecho será la tónica que marcará todos los días siguientes.
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