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Nos desplazamos
hacia las fresquitas tierras del Norte de los Pirineos, a otro de los centros
de peregrinaje de cada año y dónde están aseguradas la belleza de sus escaladas
y el frío a la que se va el sol: el Cap de Long, en el macizo del Neouvielle.
En este caso lo
del frío cuando se va el sol no sigue la regla y hace la misma calor que en la
banda Sur.
Tras el pateo
del Fenez, las rodilla están resentidas y se impone un día de reposo activo. Lo
ideal es la Muraille del Cap de Long con aproximaciones entre 2 y 10 minutos y
vías de hasta 200 m.
Aquí ya he
escalado bastante pero, aunque pocas, alguna aún me queda.
Comenzamos por
una de las fáciles, e ideal para cogerle el pulso y calentar: La insostenible
levedad del ser (pero en Francés).
Con una media de
V/V+ y algunos pasos más difíciles, es la típica vía de la pared, poco definida
pero con una escalada muy variada y realmente preciosa. Alterna pasos técnicos
en diedros lisos, con bonitas aristas y algún paso desplomado pero con mucho
canto. En resumen una estupenda alternativa para salir bien contento. Con solo
dos rápeles y un escaqueo inesperado hacia la izquierda, llegamos abajo en un
periquete.
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