Los compañeros (Albertos Luque y Segura) Han regresado de sus primeros cinco días fuera, ocultos en la cara oeste del Jebel Rum, dónde han abierto una viaza de mas de 400 metros y 8a.
Ese día iremos todos juntos rumbo a una bonita pared llena de agujeros y formaciones de tierra, muy fácil de localizar puesto que se encuentra pegada a la gran duna roja, por la que van bajando turistas (yo incluido en mi anterior viaje).
Analizamos posibilidades y definimos objetivos. La línea de los Albertos,un gran diedro evidente, tiene algún cordino y cambian al muro agujereado de la izquierda. Tendrán su recompensa.
En la nuestra, y poco antes de empezar, descubro también un cordino en un puente. Lástima porque se adivinaba una mas que excelente línea por el centro de la pared. Rápidamente rediseñamos el itinerario a seguir, mas a la izquierda. No es lo mismo pero nos arregla el día.
Un primer largo, todo en placa, será el mas lento y trabajoso de la jornada. El resto va mucho mas fluido puesto que las dificultades son menos sostenidas y las posibilidades de asegurarse mucho mayores.
Arriba no tenemos claro la continuidad, pero llegados a una gran repisa damos por concluido el itinerario.
A la izquierda se adivina una enorme canal pero, la verdad es que ni siquiera nos acercamos a mirarla. Rapelamos.
Yo me he quedado con el run run de haber subido este último largo por enmedio de la placa tumbada y finalizar bajo una pared lisa y desplomada. Como veo que aún tenemos un rato, poco pero suficiente, les propongo abrir en un plis plas esa pequeña variante.
Dicho y hecho, un pequeño pero precioso slap, con galletitas que facilitan enormemente la escalada. Con todo lo liso que parecía, gracias a las galletas la cosa queda en IV+.
Rapeles y a casa Atayek, junto al fuego hipnótico.
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