Últimamente tengo el blog un poco dejado, pero es que estoy trabajando fuera y además, con estos fríos me dedico solo a la deportiva y los equipamientos.
A modo de adelanto, coloco una primera entrada sobre Jordania.
Tercer viaje a Jordania. Ya son tres pero todos diferentes.
El primero a escalar algunas de las maravillosas clásicas de Wadi Rum. El segundo de turismo por el país y este último con intención de abrir todas las vías que podamos, non stop.
En realidad ha sido un plan B de un viaje frustrado a Arabia Saudí, pero me alegro del cambio.
El numeroso equipo inicial, queda reducido a 5: Albert Segura, Alberto Luque (que realizaran un grupo para abrir vías difíciles) Javier González (Pitxi), Remi Brescó y yo (que haremos el otro y buscaremos objetivos bastante mas sencillos).
La verdad es que no tenía muy claras las posibilidades reales de la zona para aperturas, porque la guía existente es muy antigua y se han ido abriendo vías por todas partes.
El amigo Atayek cumple una función primordial y nos da unas vueltas para enseñarnos diversos recodos del desierto dónde el cree que no hay vías abiertas.
Nos volvemos locos, en cualquier pirulo puedes hacer un montón de cosas nuevas... y hay muchísimos pirulos.
Tras un primer día de dar vueltas, abrir los ojos, tomar notas y hacer fotos (habrá un par de días de este estilo), nos ponemos manos a la obra.
Por si fuera poco, yo traía ya de casa toda una serie de deberes, de los que únicamente hicimos esta primera ascensión.
El frío es intenso, así que empezaremos al sol y en una pared que solo conocía de las fotos, pero que tiene cierta fama por ascender a unos de los arcos rocosos mas fotografiados de la zona.
Buscando terreno libre, vemos claro una buena línea situada mas a la derecha de las ya existentes.
Consta de dos partes, una primera fisura rectilínea y tumbada, de aquellas que ya casi no quedan por nuestras tierras. De hecho es una de las cosas que venimos aquí a buscar y la nota predominante en alguna de las vías abiertas estos días.
La roca es de muy buena calidad y la presencia de presas exteriores en los tramos verticales facilita mucho la ascensión y suaviza el grado.
Llegamos a una gran zona de repisas y canales, aquí finaliza alguna de las vías de la pared y una línea de hitos nos marca el descenso hacia la derecha, en busaca de la vía normal. Podrá ser una pequeña y agradable vía de IV/V, sin mas pretensiones que pasar un rato en el desierto.
Pero la pared continúa como el doble y el punto culminante para nosotros es el gran puente de roca, de los mas bonitos de por aquí.
Escaneamos esta zona, mas vertical y trazamos mentalmente un itinerario factible y homogéneo, que constituirá la segunda parte.
Una vez en faena, ya vemos que la escalada será bastante mas lenta y laboriosa que abajo, dada la verticalidad del terreno.
Saliendo de la primera reunión, Remi toca una gran piedra y esta se desprende. Oigo el grito y me parece que se me cae encima. Me encojo y noto un fuerte golpe en la cabeza y la pierna. Imagino que Remi me ha caído encima pero no, sigue en su lugar. Ha sido la gran roca, menos mal del casco, Estoy un rato maldiciendo de todo y recuperándome de un fuerte dolor en cabeza y cuello, sobre todo. Al cabo de un rato todo vuelve a la normalidad. Definitivamente se rompe la línea recta y comenzamos a dar tumbos por la pared, en busca del mejor itinerario, la ausencia de vías ya abiertas nos lo permite.
Remi va a parar a una de las reuniones mas curiosas y bonitas que hallamos hecho nunca. Se trata de una especie de gran habitación, geométricamente perfecta y con el suelo liso y pulido con las mejores maquinarias especializadas. A partir de aquí dos resaltes en diedro ciego presentan las mayores dificultades en libre. Alguna chapa ayudará sensiblemente a superarlas.
Hago el último largo y lo alargo mas de lo deseado, por el ansia de llegar arriba. Tras una repisa ni me ven ni me oyen. Subo, pongo un friend en una fisura y dudo si ir recto (paso en adherencia obligado) o escaquearme por la izquierda.
Opto por la segunda opción. Pequeña panza con orejillas areniscas que no me dan muy buen rollo. Las pruebo, una se rompe pero la otra parece que aguanta. Cuando le meto en serio, paaaaa, también se rompe. Salgo disparado, me medio para el friend, coger la cuerda y la repisa. Abajo ni se han enterado pero yo me he llevado el segundo susto del día.
Opto por salir recto, arriesgando en el paso obligado y resulta mas fácil de lo que me pareció inicialmente.
Tras una chapa final que alivia unos cuantos metros sin seguros, llego al caos cimero. No se donde montar y opto por situar la reunión bajo un resalte desplomado. No tengo ni idea de como se baja de aquí, pero nos dejaremos llevar por la intuición.
Rapel corto a un pasillo, bajo y me adelanto para localizar el puente de roca y la bajada.
Subo por un pasillo, me cambio a otro y encuentro dos hitos (bingo) empiezo a buscar mas, pensando que irían hacia abajo. Señalar que ya es tarde y el descenso se adivina entretenido. Miro varias opciones y todas acaban en cortados. Llegan los compañeros, volvemos a mirar y lo mismo. Bajamos de nuevo al final del rapel e intentamos hacia abajo, pasando ya del puente de roca. Tras probar por dos canales, todo acaba en pared, así que volvemos a subir a los hitos y seguir probando. La única opción que no habíamos indagado era subir escalando recto hacia arriba. No parecía que fuera por allí pero no nos quedaban mas opciones. Pues si, era por allí. Una escalada de III expuesta nos deja en el gran Burdah Bridge. Hacia el lado contrario ya vemos indicios claros de la bajada: cuerdas, parabolts, hitos, flechas grabadas, miles de nombres inscritos y huellas de pisada en los tramos de arena. Con todo esto parece que ya no hay pérdida y que será muy fácil de seguir. Bueno, a medias, hay que navegar en varias ocasiones, hacer destrepes y buscar marcas, a veces situadas para el despiste. Total que pasamos 1,30 h. bien entretenidos en un descenso realmente bonito, pero dónde si se te hace de noche probablemente tengas que improvisar un vivac...frío.
Llegamos con poca luz pero la suficiente. Atayek nos espera pacientemente, y aprovechando para recoger leña, al final del descenso.
Una primera jornada excelente, con algunas emociones extras y disfrutando de paisajes increíbles, roca espectacular y totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, una buena vía abierta en el día. Todo lo que hemos venido a buscar, el desierto nos lo ha regalado el primer día.
Pues subimos la primera parte de Ali-Oli que es una buena escalada de Vº. A Christian se le ocurrió atravesar la cara por unos rellanos hacia la izquierda para posicionarnos en la vertical del Arco de Burdah.
ResponderEliminarNo fue nada facil encontrar la salida. LLegamos a 15 metros debajo del Arco pero una boveda-caverna nos pareció muy difícil.
Atravesamos 50 metros a la izquierda por una travesía Hinterstoiser, muy expuesta y pavorosa, resultando que tampoco podíamos salir.
Al final, Christian forzó la chimenea-caverna (V sup) y pudimos llegar al Arco de Burdah.