Preciosa línea que sigue el canto de un marcado y afilado espolón. Bastante equipada (ahora con inox) y que merece ser repetida con mayor asiduidad, para completar una jornada tras las clásicas Blues, Pistacho o, simplemente, con cualquiera de la primera aguja.
Descenso en dos largos rapeles, el primero un poco de lado y el segundo de 60 metros hasta llegar justo al pie de vía.
Grados revisados al alza ligeramente: 6b, V+ y 6a. Escalada con Nila y Martín.
Regreso al cabo de unos días con David y frio frio, bronquitis (o covid) y unos días en casa con antibiótico.
En cuanto puedo salgo a hacer algo de deportiva pero el antibiótico me mantiene mas atontado que de costumbre y voy pillando.
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