Al refugio de Cortalets, situado a los pies del Canigó, se accedía por una larga pista aflojatornillos y que nos dejaba a unos 10 minutos del mismo. El siguiente paso fue prohibir la circulación nocturna, después se prohibió subir con coches particulares (solo taxi) y, finalmente, se ha prohibido totalmente el acceso a vehículos. La aproximación al refu a pasado de los cómodos 10 minutos a un mínimo de 3,30 horas.
Como en todas partes vamos sumando restricciones y restando libertades, es un no parar.
A pesar de todo la actividad aperturista continúa su desarrollo. Thomas me envía las reseñas de tres nuevos itinerarios: dos de ellos en la cara este del Canigó y un tercero en la conocida vertiente norte del Barbet.
Para quienes no teman a las largas marchas de aproximación, se recomienda una estancia de varios días instalados cómodamente en el refugio y así amortizar la larga caminata.
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