Segundo viaje a Cerdeña y tan desastroso meteorológicamente hablando como el anterior. El tiempo no acompañó mucho, nos permitió hacer cosas pero, ni de lejos, todas las programadas.
Por otro lado la estancia y la compañía perfecta.
Como toma de contacto elegimos el precioso valle colgado de Surtana. De acceso cómodo, roca perfecta y vías cortas. Las previsiones ya son raritas.
Llegamos al inicio del camino y todo está lleno de cazadores armados hasta los dientes.
Nos liamos y ellos nos lían aún mas, envi
ándonos hacia el Monte Oddeu. En la base de este ya vemos nuestro error, así que rectificamos en la buena dirección, pero sin camino, por medio del bosque. Tras un accidente en la cabeza de Nico, llegamos por fin al valle. La media hora la hemos transformado en hora y media. Empezamos bien.
Nos cuesta localizar la pared, pero al final creemos que la tenemos.
Nos repartimos en dos vías paralelas para disfrutar de uno de los mejores calcáreos que podamos imaginar.
A partir del segundo largo ya comienzan a no cuadrar los grados, o somos muy buenos o nos hemos equivocado. En estos casos suele suceder lo segundo.
Otra tirada mas y ya está claro que no es la vía elegida, Después ya veremos nuestro error, en realidad está mucho mas a la izquierda. De todas formas es una buena toma de contacto, aunque muy fácil.
Rapelamos y comienza a tronar, rapidamente caen chuzos de punta.
Llegamos abajo empapadísimos, después saldrá agua hasta de los calzoncillos.
Con Alberto Pueyo.
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