martes, 17 de agosto de 2010

LA DENT D'ORLU - TAPAS SANS DALLES

Conocí la Dent por el libro de las 100 mejores de los Pirineos, dónde aparecía una vía Ravier, que no pintaba muy bien por la cantidad de vegetación que tenía. La montaña cogió cierta fama de matojera, y no sin razón, las pocas fisuras existentes se encontraban casi totalmente taponadas de tierra y matas, debido a la poca altitud a la que se encontraba la montaña. Al cabo de bastantes años, Teixi me pasó algunas reseñas de vías nuevas que ya no pintaban tan mal, era la segunda generación de itinerarios. Pero no fue hasta la cuarta, comandada por Pouxviel, que se empezaron a abrir las buenas vías en la Dent, entre ellas la superguapa Ithaque. Las reseñas de estas vías, ya equipadas con spits y metidas de pleno en las placas, salieron en diversas revistas francesasa de la época. Mi interés se acrecentó por la pared, había que, por lo menos, verla. En una salida al Ariege, aproveché para darme una vuelta por el valle de Orlú y contemplar la ya famosa pared.
Poco más tarde, un primer intento frustrado por la nieve, no nos dejó escalar en la cara sureste, pero al día siguiente si que triunfamos en la este. Había que ir poco a poco y ver como se las gastaban aquí, así que nos decidimos por la Tapas sans dalle, una vía fácil, al menos de reseña. En la realidad no era tan fácil, por lo menos a mi los quintos me costaron bastante y los seguros alejaban otro bastante, por lo tanto, bien, salimos contentos y directos a la cima. Una buena tanda monotemática de adherencias y mini-techos. Sabía que volvería.
Llegó la cuarta generación de itinerarios, de la mano (principalmente) del jefe de la Dent: Gerard Pouliquen, es bestial la cantidad de vías que ha abierto y la calidad de las mismas, chapeau. Así que volví y volví y volveré y volveré a esa maravilla granítica del Ariege.














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