miércoles, 11 de agosto de 2010

LA DENT D'ORLU - DURENDALLE


Como otras muchas veces, ese día subimos Javi y yo hacia la Dent. Esta vez hacia la cara sureste y con el objetivo de hacer la superclásica Les enfants de la dalle. La noche anterior cayó una gran tormenta pero la pared estaba casi toda seca ya por la mañana.
Justo llegamos al pie de vía y nos dimos cuenta de cómo chorreaba la única vía que pensábamos hacer y de la que teníamos reseña. Estaba claro que por allí hoy no subiríamos, no me imagino en las lisas placas con agua.
Justo a la derecha recordaba que en casa tenía una reseña de un nuevo itinerario: Durendalle, similar a les Enfants pero un grado más difícil. Sin reseña tiramos para arriba, no costó absolutamente nada ir encontrando el itinerario, gracias a las chapas que marcaban (a modo de fitas) el camino a seguir. La escalada era entusiasmante y realmente bella y variada, una de las virguería de la Dent dÓrlú.
15 largos con sus 15 rápeles nos devolvieron al suelo. Opípara cena y a preparar el día siguiente. Esta vez me ocurrió algo que no me había pasado nunca antes ni me ha vuelto a pasar. Al ir a dibujar la reseña de la vía, comencé un largo, dos y a la mitad del tercero ya no sabía si estaba en en el 4º, el 5º o el 2º. Era totalmente incapaz de recordar la vía con un mínimo de exactitud y, por lo tanto, de transcribirla al papel de forma fiable. Los motivos eran varios: no tenía un croquis del que partir, era demasiado larga y todas las tiradas eran similares. Para colmo, al llegar a casa tampoco pude; puesto que mi reseña era de texto y sin dibujo. Al cabo de un tiempo salió la guía y con ella mi única posibilidad de tener mi propio croquis: ¡!copiándolo!! Me repatea, pero era eso o nada.




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