Poco a poco vamos enlazando, de la mejor manera posible, las fisuras que recorren este espolón. La primera no se deja hacer en libre pero puede tratarse de un 6c, ahí queda para quién quiera probarla. En la segunda me meto en una chimenea que termina bajo una fisura desplomada e intimidante pero dentro se ve un agujero por el que parece que sea posible salir al otro lado. Me lo miro y lo remiro y cuando llegan los compañeros me dirijo hacia sus fauces. No quepo, no quepo ni así niJEBEL QABR AMRA asá , ni quitándome todo el material. Vaya.
Miro la fisura intimidante y no me convence, de repente veo a la derecha una posible salida. Hago un extraño cambio de reunión que, seguramente, viniendo desde R1 se puede ir directo. Salimos por una panza y de repente todo tumba… demasiado incluso.
Se sigue manteniendo una calidad excelente en la roca pero la dificultad decrece de 6a a III/IV. Una pena.
El nombre hace referencia a nuestra incesante búsqueda de la belleza, en este caso reflejada en un itinerario perfecto, que no es el caso actual. Aquí se ha visto truncada por un cambio brusco en las dificultades.










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