Este día subimos con Almudena y Alex, varias opciones y ninguna idea muy clara.
Llegamos cerca de la pared y el calor es intenso, incluso demasiado para este lugar. Podemos elegir entre sol y sombra, así que unánimemente nos decantamos por el lado oscuro.
Tenemos a nuestra disposición un diedro gigante que recorre la pared en toda su longitud. Lástima que prácticamente en su totalidad está relleno de tierra y hierba, por lo que se impone una bonita escalada en placa. Gracias a las numerosas regletas, subimos sin grandes problemas.
La parte final, con unos tramos de 6a si que se cuela por dentro del diedro, aunque sólo sea durante la última chapa de la vía.
El nombre le viene por la imposibilidad de aprovechar el diedro en toda su longitud.
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