Nunca en la vida hubiese pensado que por ahí se podía abrir una vía. Pero lo hicieron, me costaba de creer, si ahí solo se veía vegetación.
La eterna lesión de codo, un nuevo tratamiento y días de descanso, dan las circunstancias ideales para comprobar si entraba vía o no.
Nos juntamos tres a caldo: Lisi con los hombros, Raul con las rodillas y yo con los codos. Entre los tres hacemos medio.
Excesivo frío, café, espera y la impaciencia nos lanza al primer largo aún en sombra. Que pase lo que pase.
Creo que me estoy acostumbrando un poco al frío después de tantos años, porque no me va tan mal.
Uno a uno, completamos los largos y alucino, porque la vía está muy bien, han conseguido unir dos placas de muy buena calidad, con tramos fáciles, pero bien limpiados y que resultan agradables de escalar, me ha gustado bastante. Sobre todo con las bajas expectativas que tenía.
Sin duda la repetiré mas veces, de hecho ayer volví con Cristina y Montse.
Finaliza en la feixa, pero con la posibilidad de continuar por Lolita la Flamenca, que queda en línea reta y redondea la mañana.
El nombre es buenísimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario