Viaje hacia el sur, que me deja unos días sueltos para emplear en Montanejos, buen lugar sin nadie por ninguna parte en estas fechas.
Lástima del viento extremadamente fuerte que sopla estos días, aunque en las vías elegidas nos ha tocado solo de refilón, si no no escalamos, seguro.
Quedo con uno de los mejores conocedores de Montanejos y todas sus vías, además de ser de los mas activos equipadores y aperturistas: Pitxi.
Me propone esta vía y acepto rápidamente porque es de las nuevas y de las que me faltan….que tampoco son muchas.
La vía es realmente buena, ofreciendo una escalada en placas sostenidas y con roca de excelente calidad durante todo el recorrido. A vista salvo un paso, por tonto como siempre. Grado un poco amable y equipamiento a palmo facilitan el punto rojo, no hay que engañarse, estos dos factores son fundamentales. Con grado ajustado y seguros lejos cambia como de la noche al día.
Lo que si que no me ha gustado nada es el poco, casi inexistente espacio libre por el que transcurre la vía. Esta zona de la pared se ha convertido en un hervidero de chapas excesivamente juntas, que le quitan gran parte de la gracia. Tienes que tener carrera para no liarte y cambiarte de vía.
Para mi gusto, esta excesiva densidad afea la pared y rompe toda la belleza que pudiera tener.
Un poco exagerado. Además, en la parte de arriba, dónde mas se concentra el asunto, a la izquierda hay buenas placas disponibles y con el suficiente espacio. No se, no lo entiendo. Lo que si entiendo es que no es el camino. Las vías deben tener su espacio vital.
Al día siguiente y viendo que el viento no tiene ninguna intención de parar, nos decidimos a hacer deportiva en un nuevo sector perdido por esas montañas de dios.
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