martes, 26 de noviembre de 2019

TORRE DEL DHARMA - MAKALU






 
En todas las zonas a las que acudo habitualmente me gusta colaborar de una u otra forma. A veces equipando alguna deportiva o arreglando algo, otras abriendo alguna línea que me sugiera una bonita pared.
Esta vez la tenía grabada, llamaba a voces la ralla directa entre el suelo y la cumbre de la bonita Torre del Dharma o Aguja de Bachimaña. Ascender en busca de un evidente diedro era el motivo principal de la ascensión. El asunto era como llegar a el.
Desde las vías adyacentes ya me lo había mirado y se veía bastante bien, así que sólo había que esperar el momento.
Subo hacia el refu con Marta y Carlos. La idea es abrir un tramo el primer día y finalizar al siguiente. Una pequeña parte del material ya lo teníamos por allí arriba, por lo tanto iríamos algo mas ligeros.
Llegamos al inicio y escrutamos la pared milimétricamente. Como siempre, vamos dando opiniones, las cosas se ven diferentes desde aquí abajo, todo mas difícil de lo que en realidad es. Creo que me dejo llevar por esta visión, no del todo cierta y sucumbo hacia la opción B. Les convenzo de abandonar la idea original de tirar directo para arriba por las placas a favor de otra línea, mas evidente y situada bastante a la izquierda. Comienzo la jugada.
En el L2 hay que subirse a un árbol hasta bien arriba, seguramente mas de lo que la mayoría desearía. Una chapa salvadora nos pega a la pared y al mundo al que estamos acostumbrado y que no se mueve en todas direcciones.
Bonito largo al que le siguen otras secciones mas fáciles y menos agradables. Una travesía descendente nos coloca de nuevo en la vertical del codiciado diedro, que en realidad son dos.
Comenzamos por el de la derecha, mas limpio, para decantarnos rápidamente al de la izquierda, más fácil.
Buenísimo largo que se trabaja Carlos sin poner ni una sola chapa. Salvo un fácil pero algo expo paso al inicio (se solventaría con un clavo) le sigue toda la fisura perfectamente protegible y que se comerá todo lo que le queramos dar de comer.
Bonito final que nos deposita justo en la cima de la aguja.
Han sido dos días con un tiempo perfecto y una muy grata compañía. Para remate hemos podido inaugurar un itinerario con el que llevaba  soñando hacía bastantes días.


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