El Roc de Conco es la pared que se proyecta hacia la derecha del Pic de Sant Cugat. Se trata de la misma franja rocosa, aunque aquí arriba resulta más corta y alejada. Por el momento únicamente 3 itinerarios, todos de séptimo grado, recorren sus paredes. Dos son de Ravier y una nuestra; aunque las posibilidades son realmente elevadas para abrir nuevos itinerarios, a la vista de la cantidad de pared existente y la excelente calidad de la misma. El futuro irá desvelando buenos secretos, si no nos da mandra subir un poco más allá del conocido Sant Cugat. Por el momento las vías pueden saber a poco, si se va sobrado, porque se hagan cortas y no hay nada a mano para combinar, pero esto esperemos que cambie en un futuro y se puedan realizar varios itinerarios en la jornada.
Strong Out la abrimos desde abajo, Sidarta y menda. Nos subimos para allá cargados como burros (que somos) y sin una idea muy clara de que hacer, entre tanta piedra, algo habrá que nos seduzca a primera vista. Luego estuvimos bastante rato antes de decidirnos y, finalmente, optamos por un sistema de placas bastante pino pero con buena pinta. El primer largo, un poco sucio y no demasiado difícil (6b) nos dio paso, gracias a una larga travesía, al pie de la gran placa más limpia. Otro largo recto, comenzó bastante escalable pero acabó en una placa lisa y con bastante musgo. Tras limpiar las presas claves quedó como un paso de bloque, el más difícil de la vía con diferencia; aunque el resto del largo se hace bien y no resulta demasiado difícil (6b), este paso corta un poco el rollo y tampoco salió muy bonito. Ahora le tocaba el turno al super largo estrella de la vía. Una placa perfectamente vertical, de 55 metros y sobre roca excelente. Constantemente aparecían regletas y pequeños agujeros. Algún medio clavo de vez en cuando y muchos ganchos, permitieron ir colocando uno a uno, los seguros definitivos. En uno de ellos, cuando parecía que ya estaba bien colocado, estaba sacando el taladro y salí por los aires. Un bonito vuelo con la máquina en la mano, aunque como fue de aquellos que no te esperas, resultó más llevadero. A raíz de esa y la anterior caída (unos meses atrás, por la misma causa, pero con resultados bastante más traumáticos para mi rodilla) descubrí que los ganchos grandes y rígidos, si no tienen una pequeña barandilla rocosa que los retenga, saltan aunque parezca que no lo van a hacer. Una maravilla de 7b en continuidad pura, que por si sólo ya merece escalar toda la vía. Lo excesivamente compacto del terreno y la escasa probabilidad de emplazar otro tipo de seguros (casi nada) dio como resultado una vía totalmente equipada con expansiones.
Durante el descenso y como aún nos quedaba metralla equipamos, esta vez desde arriba, la entrada directa que se preveía muy lisa y difícil. Salio otro 7b muy técnico y no especialmente maravilloso. Este largo le daba al conjunto una homogeneidad perfecta. Aunque empezar en frío y con aquel abominable 7b de ris ris, parecía un poco bestia. Ahí está.
Por el momento la zona no resulta nada frecuentada, las vías tienen poquísimas repeticiones y la tranquilidad está asegurada.