Al día siguiente cambiamos de valle pero no de comarca y vamos a la Peña de San Martín. Ese día nos juntamos aquí 4 cordadas, seguramente un hecho del todo inhabitual.
La fama de esa vía es bien merecida y nos ha gustado mucho, Jordi es la tercera vez que la hace. Salí encantado.
Me tomo un iboprufeno para aliviar dolores de pies, dedos y hombro, estoy hasta las narices, pero creo que rejuvenezco 15 años.
Aquí salen los 6b+ a vista, nada que ver con el día anterior que ni los olíamos. Siempre sobre roca sputnik doble cero.
L1: precioso diedro vertical que calienta los bíceps y te prepara para el siguiente.
L2: precioso diedro desplomado, muy atlético, siempre con buena presa aunque tengas que intuirlas y estirarte. Pura conti.
L3: rebuscado y difícil, raro. La verdad es que me escaqueo por la izquierda hacia el arbolito y obviando la segunda chapa, aún así es bastante chungo. Directo por la chapa tiene que ser mejor pero ojo al grado. Después espolón perfecto y super estético.
Cambio de tercio hacia la izquierda.
L4: hace años, en una excursión con los ojos bien abiertos, ya le hice una foto a este tramo, algo increíble. Jean-Pierre tubo la misma visión y fue a por ella. Largo increíble con roca que no encontraras en otro sitio mas que en los Grampians. La guinda del pastel.
Tranquilamente para abajo y para casa.
Se acabo agosto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario