Este gran muro anaranjado y con una pinta excelente lo tenía mirado desde las primeras exploraciones en Cavallers. Cuando hicimos el Espolón del Arco Iris confirmé las posibilidades y cuando lo reequipamos, recientemente, reconfirmé.
Había que ir.
Santi aparece como salido del cielo y le propongo este rincón que, supongo, le gustará. También vendrá Vicenç el segundo día.
La vía resulta muy muy buena, de lo mejor de la zona y con una escalada en los dos primeros largos nada típica de aquí: ligero desplome con muy buena presa… salvo en los pasos clave.
Por imperativos del terreno queda prácticamente equipada y solo necesitaremos unos friends para completar. Unos usarán mas que otros, ya no digo nada mas.
Algún paso obligado en el primer largo y el resto se lleva mejor.
Rapel por la vía.
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