Si para algo bueno sirvió la pandemia fue para que emergieran en todas partes, pequeños sectores muy locales y que hasta entonces habían permanecido en el olvido.
En este caso la placa granítica de Bellavista, fue rehabilitada por el prolífico Joan Boter y constituye, junto con Montgat, las dos placas-cantera locales por excelencia. Por lo menos te arreglan una mañanita de invierno si vives cerca.
En la imagen Rogelio.
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