Esta es la última vía que tenía vista para abrir en la pared, a parte de uno de los grandes diedros, descartado porque se ve muy difícil.
El verano va tocando a su fin y yo tengo demasiadas cuentas pendiente como para ir dejando pasar los días, además se avecina un periodo de mal tiempo y todo el material esta escondido bajo la pared.
Busco candidatos y rápidamente Edu acepta la propuesta. Iremos al perfecto espolón situado a la izquierda de la pared.
Un primer largo que parecía bastante cutre, al final no lo es tanto y brinda una escalada vertical y con presas excelentes.
El espolón, en cambio , que parecía mucho mas fácil, nos da mas trabajo del esperado y hay que emplazar 11 expansiones en sus 45 metros, con todo el rato que necesita. El caso es que hoy hace viento y a la sombra el frío comienza a ser intenso, mientras que abajo, en el valle, el calor sigue siendo protagonista.
Este segundo largo tiene tramos un poco feos pero otros muy estéticos y la belleza del espolón, perfecto, es innegable.
El nombre es un pequeño homenaje a María Jiménez, que nos dejó hace bien poco, pero también queda clavado al ser esta la última v
ía que abriré en la pared... al menos de momento.
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