Primera salida veraniega al Pirineo, después de un mes y pico lloviendo casi todos los días. Daban unos cuantos días de bueno y combino para ir liquidando cuentas pendientes e ir finalizando la futura guía del Valle de Ossau.
Ese día daban bueno y al final no lo es tanto, además el anterior había estado lloviendo a saco todo el día y toda la noche.
Así que nos medio rajamos y aplazamos la salida de montaña un día.
Quedo con Jordi Estruch en el desvío de Riglos. Los mallos se ven bastante mojados en las zonas grises, en cambio Rueba está todo seco. Cambio rápido de planes, no nos cuesta mucho hacerlo. Propone Make, uf, techaco y largos difíciles, le doy un par de vueltas y acepto.
El L1 ya te cansa bien, con las 22 cintas aún has de ir sacando algunas para llegar a la reunión, todo bien colgado.
El techo es verdaderamente impresionante y grande. Dan ganas de rapelar y salir corriendo hacia cualquier otro sitio mas tumbado directamente al bar. Pero como está cerrado nos tenemos que quedar aquí.
Le meto de primero, menos mal, porque de segundo igual me hubiera costado mas recuperar el material. Las chapas alargan bastante y yo soy bastante enano por lo que me cuesta infinito llegar al siguiente anclaje cada vez. Se convierte en un ejercicio fascinante, muy técnico y agotador a la vez. Además, como soy muy listo, solo llevo un estribo, menos mal que Jordi, muy gentilmente, me deja uno de los suyos.
Tras el techo quedan tres largos muy difíciles, que se convierten en un ejercicio de supervivencia y hacer mil trampas. Nos parecen muy severos para el grado que marcan y con algunos pasos obligados bien difíciles. Alguna chapa emplazada en lugares extraños y un largo de muro muy sucio. No nos ha gustado nada esta parte. Mas bien de coleccionistas diríamos.
Un largo fácil no deja en la cumbre.
Valoración final: ideal los dos primeros largos para una jornada lluviosa y recorrer un impresionante y enorme techo, el resto, o vas muy fuerte, o mejor rapelar y a la piscina.
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